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domingo, 12 de agosto de 2012

¿Para qué sirve un MBA? - Parte 2

Una vez que tenemos los alumnos [1], ¿qué hacemos con ellos en el MBA?

Entre los colegas que han realizado MBA, muchos me comentan que han sido muy pocos los saberes específicos que han adquirido en la cursada. Como la gran parte de la currícula se basa en herramientas que los cursantes ya utilizan en su gestión cotidiana, poca es la novedad en este aspecto. ¿Entonces, cuál es el valor que aporta el MBA?


¿Contenidos o competencias?

Cómo comentábamos en otra entrada [2], desde la década de 1970 hay un cambio sumamente importante en los modelos manageriales. Los managers ganan autonomía y poder de decisión, y al mismo tiempo, la necesidad de desplegar habilidades más afectivas que técnicas: adaptabilidad, empatía, comunicación, flexibilidad. El concepto clave que engloba estas características es la gestión de competencias. El manager debe administrar su carrera en función de la adquisición de competencias clave. Así, el estudio de un MBA implica:
"Conocimiento” frente a “competencias”: en operar exitosamente este pasaje parece consistir el propósito del curso. Se trata, en realidad, de la construcción antitética de dos paradigmas que se alzan enfrentados justamente como el producto de esa particular construcción. En esta representación, el “conocimiento” queda asociado a lo fácil, a lo que se aprende en internet, o a lo sumo comprando un libro. Se trata de lo viejo, de formas anquilosadas de aprehender el mundo y sus transformaciones, de hábitos enciclopédicos que se contraponen a una realidad actual de puro dinamismo que requiere competencias, habilidades dinámicas, skills que confieran la capacidad de adaptarse con flexibilidad a la etapa actual del mundo de los negocios. [3]
Durante los dos años de cursada, los estudiantes se moldean en la fragua del desarrollo de competencias clave. Esta manera de ver y operar sobre las cosas se vuelca luego sobre el mundo real, al que los estudiantes vuelven como futuros directivos. Vemos que de esta manera el círculo se completa: las escuelas de negocio son tanto difusores como productores del nuevo paradigma.

Y es necesario resaltarlo una vez más. Las capacidades sobre las que se trabaja operan sobre las convicciones más íntimas del manager: el control se expande desde los comportamientos de los trabajadores hacia sus subjetividades [4].


Continuará...



Referencias

[1] http://elmandomedio.blogspot.com.ar/2012/08/para-que-sirve-un-mba-parte-1.html

[2] http://elmandomedio.blogspot.com.ar/2012/06/saber-hacer-o-saber-ser.html

[3] Luci, Florencia; Aprender a liderar: los MBA y el reclutamiento de las Escuelas de Negocios en Buenos Aires. Notas etnográficas sobre el mundo del management, en Revista de Antropología Social, núm. 18, 2009, pp. 317-337, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España. PDF on line: redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/838/83817222016.pdf 


[4] Szlechter, Diego ; Competencias en competencia: el gerente empresario en la gran corporación
en Revista Venezolana de Gerencia, vol. 15, núm. 52, octubre-diciembre, 2010, pp. 638-665.
Disponible en http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=29016182008.


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¿Para qué sirve un MBA? - Parte 1

¿Para qué sirve un MBA? - Parte 3

2 comentarios:

  1. Estimado Mando Medio, le sugiero leer esta nota que estoy seguro encontrará interesante.

    http://campus.iprofesional.com/notas/142347-Las-habilidades-blandas-reclaman-un-lugar-en-los-programas-de-maestra

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    Respuestas
    1. Gracias por la referencia. La incorporación de la habilidades blandas ("competencias del tipo emocional, vincular y relacional") van en la dirección de que los managers deben comprometer su parte afectiva en su tarea laboral.

      Es interesante la frase de la autora, "A la mayoría de las personas, a la hora de ingresar en un trabajo, se las evalúa por sus capacidades técnicas (duras) y se las despide por su déficit en las capacidades emocionales (blandas)."

      Esto hablaría de dos concepciones simúltaneas y divergentes en la misma organización.

      También destaco (y tal vez podamos expandirlo en otro post) la existencia de MBA "virtuales". ¿Qué sentido tendría hacer un MBA a distancia? Las grandes ventajas de realizar este estudio se perderían: armado de redes de contacto, desarrollo vincular-afectivo.

      Salud!

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El Origen de la Crítica

La formulación de una crítica supone previamente la vivencia de una experiencia desagradable que suscita la queja, ya sea ésta padecida personalmente por el crítico o el resultado de una conmoción por la suerte de otro. Es lo que aquí denominamos la fuente de la indignación. Sin este primer movimiento emotivo, casi sentimental, ninguna crítica puede emprender vuelo. Por otro lado, el espectáculo del sufrimiento no conduce automáticamente a una crítica articulada, ya que necesita un apoyo teórico y de una retórica argumentativa para dar voz y traducir el sufrimiento individual en términos que hagan referencia al bien común.

Boltanski, Luc y Chiapello, Eve. El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid, Ediciones Akal, 2010, página 83).

Las Políticas de Management

En la actualidad las políticas de management subjetivan buscando una identidad entre trabajo y vida, entre objetivos personales y objetivos del capital y haciendo que los trabajadores hagan, por sí mismos, algo que al capital ya no le resulta tan sencillo realizar: controlar el uso eficiente de la fuerza de trabajo en función de sus propios objetivos.

Zangaro, Marcela. Subjetividad y trabajo (Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2011, pag. 182).

Enfrentamiento interno

Cuanto más se asciende en la organización más se funde uno con ella, puesto que más que estar dividido entre las exigencias del negocio y los criterios del personal, unas y otros entran en sinergia reforzándose mutuamente [...] El enfrentamiento entre capital y trabajo, que siempre había tenido como campo natural la empresa, pasa a producirse en el interior del individuo, que se debate entre su tendencia a trabajar menos para protegerse y escapar de las exigencias de la empresa, y su inclinación a trabajar cada día más para aumentar sus beneficios y mejorar siempre los resultados.

Auber, Nicole y De Gaulejac, Vincent. El coste de la excelencia. (Paidós Ibérica, Barcelona, 1993, pág. 38).