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miércoles, 9 de enero de 2013

Digame, Licenciado

En el universo corporativo es usual el pavoneo de títulos. Ya saben: la larga ristra de siglas detrás del nombre en la firma electrónica, que indica certificaciones, estudios terciarios y saberes diversos adquiridos aquí y allá. A los mandos medios y directivos les encanta mostrar, como patitos en fila, las medallas que, bien o mal, han adquirido en sus años de batalla. El pecho henchido, el bronce brilla... y el sujeto presiona el botón Enviar:

De: Ernesto Mengano
A: María Zutano
Tema: Re: Reporte

Ok! Gracias,

Ernesto Mengano, MBA, PMP, RT5, COBIT, CFA, Certified GG2.1
Sr. Financial Manager

¡Qué hermoso se ve! E imponente: realmente infunde respeto. Si queremos una larga cola de pavo real, debemos dedicarnos a ello y planificar con cuidado nuestros pasos.


Podemos estudiar administración de negocios y obtener un MBA. Para gestionar proyectos, qué mejor que un PMP. Si estamos en Finanzas, tenemos AAIA, CIIA, AFC, COBIT, EFA, EFP. Auditoría financiera: CIA, CFE, CFAP. Si estamos en servicios de software, podemos certificar ITIL, CMMI, Scrum Master. ¿Mejora continua? Six Sigma Black Belt. Y ni empecemos a listar las certificaciones más técnicas...

Observemos esta respetable firma:

Juan de los Palotes, MBA, PMP, ITIL, COBIT, CMMI, CFA

El non plus ultra de la titulación es, claro está, el Doctorado. El pináculo de los estudios universitarios no sólo agrega un PhD detrás del nombre, ¡sino también el reverenciado Dr. delante! Se entiende; para convertirse en un doctor el inviduo en cuestión realizó una Tesis de Doctorado. ¡Un trabajo de investigación que amplía los límites del conocimiento humano! 

Dr. Juan de los Palotes, PhD, MBA, PMP, ITIL, COBIT, CMMI, CFA

Y, para coronar una carrera de éxitos y títulos, la frutilla del postre. Nuestro estimado Juan da clases en una Universidad... Bueno, en realidad, dicta dos clases por año en un instituto terciario. ¡Pero esto lo habilita al Prof! 

Dr. Prof. Juan de los Palotes, PhD, MBA, PMP, ITIL, COBIT, CMMI, CFA 

Ante esta firma, automáticamente me hinco de rodillas en actitud reverente. Y, además, me pregunto: ¿dónde está el nombre? ¿"Juan de los Palotes" es una certificación?
 
A no olvidar: el medio es el mensaje.


Notas:
Los nombres son, obviamente, ficticios. No representan a ninguna persona real.
Huelga aclararlo, pero me río de la vanidad humana. Siempre es importante estudiar. Pero tengamos presente el efecto de "inflación académica".



17 comentarios:

  1. Observo las cosas que se cuentan en este blog como un etnólogo lo hace ante una tribu rarísima (en parte, es así, mi mundo es muy otro). Siempre me imaginé que antes que las titulaciones, en el mundo corporativo valían mucho más las chapas que uno puede mostrar acerca de lo que uno efectivamente hizo en el desempeño práctico de su laburo, en esta empresa o en otras, para lo cual más que un título lo que importa es la referencia de una persona (en lo posible, de alto rango). Pero no, parece que no es así... siempre se puede aprender algo nuevo...

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    1. Amigo, en el reino de la frivolidad corporativa las apariencias valen muchísimo. Recuerdo un jefe que tuve, que se hizo fama por ser profesor universitario de una materia muy teórica.(Ojo, profesor titular en serio de una universidad en serio). El caso es que siempre se invocaba la autoridad del "Profesor" para los temas más diversos, sobre todo nuestros colegas de las filiales de otros países. Hazte fama, dice el dicho.

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  2. Sobran titulos, faltan ideas. Sobra academia pedorra y falta creatividad y audacia. ¿cómo salimos de todo esto?

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    1. Si supiera cómo salir de todo esto, estaría dando consultoría a mega-corporaciones y llenandome de plata (esto es una ironía, no haría eso!)

      Lo que noto es cierta "commoditización" de algunas certificaciones. Al hacerse tan masivas, su valor en el mercado laboral (y social) cae y ya no son indicador de nada.

      Lamentablemente, es difícil descorrer el velo de ciertos saberes pedorros. Ciertos organismos que consolidan un saber, que en muchos casos no es más que sistematización del sentido común. Luego ofrecen la certificación correspondiente y se transforman en un estándar del mercado. Y todo el mundo quiere ser AAZSD 2.4. En fin.

      Gracias por el comentario.

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  3. recuerdo que cuando tenia veintipico a veces agragabamos a la firma el titulo "MOU" que nadie sabía que era. Y asi circulaban los emails corporativos en la empresa española. Por supuesto algunos sabíamos que era de He-Man ("Master of the Universe").

    Mofarse de esas pavadas, hace circular la sangre.

    Por otro lado, no hace mucho tuve una entrevista donde además de todo el CV, también me puse una de esas camisas gerenciales caras como parte de la comunicación. Y durante la reunión no pude dejar de notar que varias veces la entrevistadora me miraba el reloj y el loguito de la camisa. (luego de tres entrevistas, finalemente no quedé y tuve que mandar la camisa al laverrap)

    es comunicación, eso.
    la chica linda, tambien tiene que tener cabeza. no?
    (bueno, a veces)


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    1. Jajajaja! Estoy muy tentado a agregar "MOU" a mi firma!

      Uuuu, la vestimenta corporativa es un tópico enorme. Vale como botón de muestra el pantalón beige con la camisa celeste de los casual Fridays!

      (A lo mejor el loguito no era el adecuado. Tal vez, con un cocodrilito te hubieran seleccionado. No sé, digo.)

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    2. en el fondo es la estructuración simbólica de relaciones de poder. la legitimidad y pertenencia en funcion de la posesión de ciertos atributos.

      slds

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    3. Imagino el desarrollo de tu secuencia de entrevistas Crossaint. Si después de la tercera no te tomaron es porque no mandaste antes la camisa al LaveRap.
      Venías con pelota dominada desde la mitad de cancha y te bajaron en la medialuna ¡cuac!

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  4. Amigo MM, creo que este post puede dar inicio al juego "Adivine mi certificacion y descubra realmente cuan groso soy".

    Juego muy simple, es blog podria tirar algunas de estas siglas, y los ignotos lectores recurrentes tendriamos que adivinar o sugerir que significa la misma.

    Dejo para el equipo de marketing de esta publicacion decidir cual es el premio adecuado a otorgar.

    Saludos, El Barto, MOU

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    1. Me gustó la propuesta! Ahora, en estos tiempos de Google, cada participante deberá comprometerse a usar sólo sus recursos neuronales... nada de consultar la Interné.

      El primer desafío, en mi firma:

      Buenas noches,
      el Mando Medio, TOdRE

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    2. Todo Omnipotente de Responsabilidad Empresaria?

      Trabajador Ordenado de Recursos Escasos?

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    3. In-cor-rec-to! Has agotado tus chances.
      Para no prolongar indefinidamente el suspenso...
      TOdRE = Temible Operario del Recontra Espionaje
      (se permite el uso en firmas corporativas)

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  5. y si le damos una vuelta de rosca?
    porque nuestras firmas acá, son todas anónimas...
    digo, para jugar y pensar.


    (o sea, este anonimato tambien tiene que ver con lo laboral)

    Anónimo

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    1. Amigo/a Anómino:
      Demosle la vuelta de rosca... se escuchan propuestas. Siempre es bueno no encerrarse en el solipsismo y abrir el juego.
      Si bien no pido identificación, al menos elijamos un nick.
      Salud!
      El MM

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  6. considerando que "el medio es el mensaje", y la identidad desde las firmas.

    que acá seamos seudónimos, dice que hay cierta necesidad de serlo. (conservar el laburo. muy loable como ejemplo extremo! )

    así, se focaliza en el mensaje (con todo ese background pactado), intentando corrernos -individualmente cada uno, el real- de la conversación o intercambio.

    y el resto, lo que se dice, queda sólo como algo para leer y pensar (nada más, sin aspiraciones corporativas.).


    digo, a diferencia de las firmas extensas, aqui -deliberadamente- lejos de enaltecer presencia, nos disimulamos, salvo en lo que se opina.


    un poco obvio.
    pero tenía ganas.

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    Respuestas
    1. No por obvio es menos importante. (Tampoco es taaan obvio!)

      "a diferencia de las firmas extensas, aqui -deliberadamente- lejos de enaltecer presencia, nos disimulamos, salvo en lo que se opina"

      Gracias!!
      El MM

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Los comentarios son bienvenidos. Prefiero los seudónimos a los anónimos...

 

El Origen de la Crítica

La formulación de una crítica supone previamente la vivencia de una experiencia desagradable que suscita la queja, ya sea ésta padecida personalmente por el crítico o el resultado de una conmoción por la suerte de otro. Es lo que aquí denominamos la fuente de la indignación. Sin este primer movimiento emotivo, casi sentimental, ninguna crítica puede emprender vuelo. Por otro lado, el espectáculo del sufrimiento no conduce automáticamente a una crítica articulada, ya que necesita un apoyo teórico y de una retórica argumentativa para dar voz y traducir el sufrimiento individual en términos que hagan referencia al bien común.

Boltanski, Luc y Chiapello, Eve. El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid, Ediciones Akal, 2010, página 83).

Las Políticas de Management

En la actualidad las políticas de management subjetivan buscando una identidad entre trabajo y vida, entre objetivos personales y objetivos del capital y haciendo que los trabajadores hagan, por sí mismos, algo que al capital ya no le resulta tan sencillo realizar: controlar el uso eficiente de la fuerza de trabajo en función de sus propios objetivos.

Zangaro, Marcela. Subjetividad y trabajo (Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2011, pag. 182).

Enfrentamiento interno

Cuanto más se asciende en la organización más se funde uno con ella, puesto que más que estar dividido entre las exigencias del negocio y los criterios del personal, unas y otros entran en sinergia reforzándose mutuamente [...] El enfrentamiento entre capital y trabajo, que siempre había tenido como campo natural la empresa, pasa a producirse en el interior del individuo, que se debate entre su tendencia a trabajar menos para protegerse y escapar de las exigencias de la empresa, y su inclinación a trabajar cada día más para aumentar sus beneficios y mejorar siempre los resultados.

Auber, Nicole y De Gaulejac, Vincent. El coste de la excelencia. (Paidós Ibérica, Barcelona, 1993, pág. 38).