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jueves, 3 de enero de 2013

El Gerente de la Papa Frita no cobra horas extras

Leemos en i-Profesional [1] un caso ya bastante común en Argentina:
El empleado ingresó a la empresa a fines de 1993. Ocupó diversos cargos a lo largo de la relación laboral y, finalmente, se convirtió en el responsable de mantenimiento y servicios generales de la sede central de la compañía. En junio de 2009, la empresa le remitió un telegrama para comunicarle que había sido despedido [...]
El ex-empleado realizó juicio a la empresa reclamando, entre otras cosas, el pago de horas extras adeudadas. Sin embargo, los jueces se expidieron en contra de este punto, argumentando:
Al respecto, señalaron que la excepción contenida en [...] la Ley [...] (que excluye del pago de horas extras a aquellos que desempeñen el cargo de director o gerente) impedía el sometimiento a las mismas condiciones de responsabilidad que importaba el cargo que ocupaba y que en el plano retributivo ésta se encontraba compensada con ingresos comúnmente más abultados que los otros empleados.
Para el caso en particular, estimaron que estaba acreditado que el trabajador cumplía funciones gerenciales.
¿Acaso compensan los "ingresos comúnmente más abultados" el estar disponible 24 horas al día, 7 días por semana?

La picardía criolla


¡La alta dirección nunca descansa! Veamos:
Pero en este punto algunos empleadores están llevando a cabo una tarea picaresca: rebautizar todos los puestos jerárquicos para que pasen a denominarse gerentes y así evitarse diversas erogaciones.
Y así todos somos gerentes o directores. El cadete deviene en "Gerente de distribución de parcelas", en un local de comidas rápidas podemos tener al "Gerente de la papa frita" y al "Director de cocción de hamburguesas". Parece un chiste, pero es bien real.

De esta forma, apelando al mecanismo de "captura gerencial" (ver más detalles aquí), la compañía se asegura una gruesa capa de mandos medios disponibles 7x24.


Son las 18:00, me retiro...


En algún portal de un estudio de abogacía se interpretaba que pretender restringir la jornada a 8 horas diarias y, adicionalmente, asegurar el pago de horas extras correspondía a una concepción fordista del trabajo. En la dinámica de los mercados globales, agregaban, no se debería rigidizar la jornada (a través de la ley). Pero esto, a mi criterio, es una tergiversación de la historia y de cómo se dieron las conquistas sociales que llevaron a dotar al trabajo asalariado de ciertas protecciones, entre ellas, la jornada laboral acotada.

¿Por qué los gerentes y directivos, según la ley argentina, deberían estar exceptuados del pago de horas extras? ¿En virtud de qué concepción del trabajo managerial? Creo que detrás de la excusa de los abultados ingresos se esconde la verdadera razón. El saber-ser manager requiere una disponibilidad (devoción, diría yo) total. No se trabaja de manager, se es manager todo el día, todos los días.

En mi opinión, los managers no son más que asalariados. No son accionistas ni dueños de la empresa. En muchos casos, incluso, sus salarios no son comparativamente más grandes que la gente que coordinan. Es necesario reformular este concepto del trabajo managerial, por el cual el/la gerente identifica su carrera en la empresa con su vida y, así, se dispone de él/ella las 24 horas del día. ¡Y sin pagarle horas extras!

Referencias


[1] Albornos, Sebastián. Por tener cargo jerárquico, la Justicia rechazó su reclamo por horas extras. En i-Profesional, 15/11/2012. On line en http://legales.iprofesional.com/notas/147179-Por-tener-cargo-jerrquico-la-Justicia-rechaz-su-reclamo-por-horas-extras


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4 comentarios:

  1. Como siempre MM das en la tecla con tus notas.

    En lo personal creo que muchos empleados, mas que nada aquellos jovenes que hoy estan entre los 30 y 40, anelan el mote de "Gerente" mas que otra cosa, y eso nos lleva tambien el plan global "Gerentes para todos".

    No esta directamente relacionado con la nota, pero me pregunto si muchos realmente saben que es ser Gerente, o mejor dicho trabajar en ese rol. En varias oportuniades me he encontrado con empleados que me planteaban si estaba mal que no quisieran ser gerentes y seguir en su especializacion tecnica, evidenciando como las compañias hacen que todos los caminos conduzcan a Roma, o mejor dicho a la gerencia (or die trying).

    Respecto a las horas extra, el mundo es como es y algunas cosas son muy dificiles de cambiar, creo que el que realmente esta maduro en el rol de gerente es aquel que puede delegar apropiadamente, cumplir sus responsabilidades y retirarse a las 6:00 a ser persona (musico, poeta, padre, tenista), y dejar el rotulo de gerente en la oficina.

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    1. Amigo Barto,

      me he cansado de escuchar a jóvenes de veintipico, recien ingresados a la compañía, con la cantinela "estoy ya maduro para liderar equipos, quiero más responsabilidades", "quiero ser gerente". En fin, tu ironía me sirve para preguntarme si no hay en realidad un plan implícito de "Gerencias para todos"...

      Creo que a medida que subís la escalera jerárquica se hace más difícil dejar el rótulo en la oficina. A partir de cierto nivel se espera que realmente "seas" ese rótulo... con lo cual no podés dejarlo en el escritorio a las 18:00!

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  2. sabes que si lo pienso en terminos de asalariado entiendo la reivindicación de las horas dedicadas (no deja de ser mi prejuicio)

    ahora, cuando leo "el/la gerente identifica su carrera en la empresa con su vida", recuerdo tambien la promesa de galletas de otro post,
    y entonces (para estos casos) no me da tanta pena.


    claro que la diversidad se impone.

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    1. Y, sí, amigo Croissant, cuando bajamos a casos reales y concretos a mí tampoco me dan tanta pena algunos ejemplares directivos...

      El tema es que la galleta que nos hacen comer es la de la identificación manager=empresario. Algunos la comen con gusto (y piden otra), otros pican un bocadito y tiran el resto cuando no los ven. Y así circula la bandeja de galletitas...

      Gracias por tu comentario!

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El Origen de la Crítica

La formulación de una crítica supone previamente la vivencia de una experiencia desagradable que suscita la queja, ya sea ésta padecida personalmente por el crítico o el resultado de una conmoción por la suerte de otro. Es lo que aquí denominamos la fuente de la indignación. Sin este primer movimiento emotivo, casi sentimental, ninguna crítica puede emprender vuelo. Por otro lado, el espectáculo del sufrimiento no conduce automáticamente a una crítica articulada, ya que necesita un apoyo teórico y de una retórica argumentativa para dar voz y traducir el sufrimiento individual en términos que hagan referencia al bien común.

Boltanski, Luc y Chiapello, Eve. El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid, Ediciones Akal, 2010, página 83).

Las Políticas de Management

En la actualidad las políticas de management subjetivan buscando una identidad entre trabajo y vida, entre objetivos personales y objetivos del capital y haciendo que los trabajadores hagan, por sí mismos, algo que al capital ya no le resulta tan sencillo realizar: controlar el uso eficiente de la fuerza de trabajo en función de sus propios objetivos.

Zangaro, Marcela. Subjetividad y trabajo (Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2011, pag. 182).

Enfrentamiento interno

Cuanto más se asciende en la organización más se funde uno con ella, puesto que más que estar dividido entre las exigencias del negocio y los criterios del personal, unas y otros entran en sinergia reforzándose mutuamente [...] El enfrentamiento entre capital y trabajo, que siempre había tenido como campo natural la empresa, pasa a producirse en el interior del individuo, que se debate entre su tendencia a trabajar menos para protegerse y escapar de las exigencias de la empresa, y su inclinación a trabajar cada día más para aumentar sus beneficios y mejorar siempre los resultados.

Auber, Nicole y De Gaulejac, Vincent. El coste de la excelencia. (Paidós Ibérica, Barcelona, 1993, pág. 38).