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martes, 25 de junio de 2013

La ética de las corporaciones y el respeto de los derechos humanos


A la luz de la mega crisis financiera iniciada en 2008 en los países centrales se ha iniciado un debate en torno a la ética a la hora de hacer negocios. Acciones como la incorporación de códigos de ética en las escuelas de negocio, cursos obligatorios de derechos humanos en las corporaciones, creación de mesas y foros de  debate, entre otros, parecen indicar un nuevo camino. ¿O el capitalismo se maquilla solamente?



Los MBA y la ética


No es un secreto que la economía global está manejada por una tecnocracia de economistas y abogados ornados con estudios de posgrados en negocios en las más reputadas casas de estudio. El Master in Business Administration es el postítulo más afamado [1]. No es sorpresa que la credibilidad de universidades como Harvard comenzara a ponerse en duda, a la luz de la responsabilidad de sus egresados en la crisis global que se inició en 2008 [2].

Es así que en 2010 un grupo de egresados de esa escuela de negocios diseñó un juramento para los MBA, tomando como base el juramento hipocrático de los médicos [3]. En él se enfatiza que "como un líder de negocios, mis decisiones afectan el bienestar de individuos dentro y fuera de mi empresa, en el presente y futuro". Entonces "mo me involucraré en actos de corrupción, competencia injusta, o prácticas que hagan daño a la sociedad". El adherente al código de ética deberá respetar los derechos humanos y oponerse a la discriminación; abogará por la creación de la prosperidad sostenible e inclusiva.

Tres años después dicen haber logrado el aval de 250 escuelas de negocios a lo largo del planeta y haber conseguido que miles de egresados hayan suscripto el juramento.

Los Project Managers no son menos: también el Project Management Institute ha completado en 2006 el re-diseño de su código de ética, notando que [4]:
En el mundo de los negocios, los escándalos éticos han causado la caída de corporaciones mundiales y organizaciones sin fines de lucro, generando la indignación pública y desencadenando un incremento de normativas gubernamentales.

Siempre prefiero que este debate exista a que esté silenciado; siempre prefiero que haya gente que adhiera a estos juramentos a que la ley del más fuerte prime. Me pregunto, sin embargo: ¿no es esto más que maquillaje? ¿No sabemos, acaso, que el capitalismo instrumentaliza toda lógica, todo discurso ajeno y lo somete a sus fines de acumulación? ¿Son compatibles la ética y los negocios? ¿O hay que repensar todo desde cero?



Las corporaciones son derechas y humanas


Un lector del blog me acerca este significativo texto, tomado del Curso Anual de Etica en Negocios que se brinda en la compañía en la que trabaja:
Es importante para las empresas y sus empleados respetar y apoyar los derechos humanos. ¿Por qué es importante?
  • Refuerza la reputación de la marca con la comunidad, los accionistas, las organizaciones no gubernamentales, los inversionistas, el gobierno y los medios.
  • Un registro positivo de derechos humanos puede beneficiar a la compañía al entrar en nuevas empresas o ubicaciones.
  • Algunas garantías de derechos humanos se están exigiendo legalmente.
  • Desarrolla las comunidades donde vivimos y trabajamos.
  • Los empleados se enorgullecen en trabajar para una compañía ética.
En el texto resaltado podemos ver un uso instrumental de los derechos humanos. No respetamos los derechos humanos, parece decir el texto, por una concepción ética (porque está bien hacerlo); sino porque nos traerá más negocios o porque lo exige la ley.

No es resaca todo dolor de cabeza


Zach Galifianakis, el conocido comediante, fue contactado por Nike para representar la marca. Muy sobriamente respondió "¿Aún contratan niños de siete años para hacer sus cosas?" [5]. Y sabemos que Nike, como todas las corporaciones trasnacionales, gastan enormes cantidades de dinero en publicidad y lavado de imagen... ante sus consumidores.

Entonces, ¿ética y derechos humanos para quién? Para las comunidades locales de los países centrales, por supuesto. ¿Y para los empleados de las maquiladoras? ¿Para los pueblos originarios que son desplazados por las compañías de mega minería?

La ética en la conducta de las corporaciones parece ser como la sonrisa del gato de Chesire: miremos cómo se desvanece en el aire...

La yapa


Entren. miren y lean The Story of Stuff [6].

Referencias


[1] Luci, Florencia; Aprender a liderar: los MBA y el reclutamiento de las Escuelas de Negocios en Buenos Aires. Notas etnográficas sobre el mundo del management, en Revista de Antropología Social, núm. 18, 2009, pp. 317-337, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España. PDF on line: redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/838/83817222016.pdf 


[2] Ver, por ejemplo, http://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=103719186 y
http://www.lanacion.com.ar/1457536-la-empresa-deberia-dejar-fuera-a-quienes-solo-trabajan-para-si

[3] The MBA Oath, http://mbaoath.org/. Texto completo:
Como un líder de negocios, reconozco mi rol en la sociedad.
  • Mi objetivo es liderar gente y administrar recursos para crear valor que un individuo, por sí solo, no puede generar.
  • Mis decisiones afectan el bienestar de individuos dentro y fuera de mi empresa, en el presente y futuro.
Por lo tanto, prometo que yo:
  • Gestionaré mi empresa con lealtad y conciencia, y no predominarán mis intereses al perjuicio de los de mi empresa o de la sociedad en general.
  • Comprenderé y acataré, tanto en texto como en intención, las leyes y contratos que gobiernen mi conducta y la de mi empresa.
  • No me involucraré en actos de corrupción, competencia injusta, o prácticas que hagan daño a la sociedad.
  • Respetaré y defenderé los derechos humanos y la dignidad de todas las personas que son afectadas por mi empresa, y me opondré a toda forma de discriminación y explotación.
  • Respetaré y defenderé el derecho de futuras generaciones de disfrutar un planeta limpio y con recursos.
  • Presentaré el desempeño y los riesgos de mi empresa en una manera precisa y honesta.
  • Invertiré en mi desarrollo profesional, y de otros, apoyando la profesión de administración de empresas y continuar el avance y la creación de la prosperidad sostenible e inclusiva.
Al ejercer mis labores profesionales de acuerdo a estos principios, reconozco que mi comportamiento debe ser un ejemplo de integridad, produciendo confianza y respeto en aquellos que yo sirvo.  Me mantendré responsable ante mis colegas y la sociedad por mis acciones y por defender estas normas.

Tomo este compromiso libremente y sobre mi honor.

[4] http://www.pmi.org/About-Us/Ethics/Code-of-Ethics.aspx

[5] http://www.rollingstone.com/movies/news/zach-galifianakis-reluctant-superstar-the-rolling-stone-cover-story-20110608?page=2

[6] The Story of Stuff, http://www.storyofstuff.org/


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¿Para que sirve un MBA? - Parte 1

¿Para qué sirve un MBA? - Parte 2

¿Para qué sirve un MBA? - Parte 3

 

 

 


2 comentarios:

  1. OMM-Otro Mando Medio7 de julio de 2013, 22:25

    Estimado amigo,
    La crítica está muy bien planteada desde el punto de vista empresarial. Es evidente que hay una fuerte tendencia a aparecer como un hipócrita con una comunicación prolija.
    Desde el punto de vista individual quizás el debate no tenga demasiado sentido: al decente el código no le agrega nada, mientras que al corrupto el código lo legitima, por la misma impronta corrupta que tiene quien lo redacta.

    Hace poco más de dos meses se derrumbó un edificio de un fábrica textil de paupérrimas condiciones en Bangladesh y "el costo" fue de más de 1000 muertos. Entre las ruinas se encontraron etiquetas de famosísimas marcas europeas y estadounidenses que venden luego sus productos a varios cientos de dólares.
    Una de las compañías señaladas salió a desmentir su papel en el siniestro, y cuando se encontraron modelos de sus prendas en el sitio dijo que "era un encargo por única vez".
    Ver por ejemplo http://www.ocu.org/consumo-familia/nc/noticias/bangladesh-marcas-derrumbe

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola OMM, tanto tiempo!

      Además de las prácticas corruptas, encima nos tenemos que tragar la hipocresía de quienes aseguran trabajar acorde con la ley, mientras tercerizan sus talleres en el Tercer Mundo.

      Y sí, tal vez en el plano individual no represente nada hacer un curso de ética avalado por la empresa...

      Salud!

      Eliminar

Los comentarios son bienvenidos. Prefiero los seudónimos a los anónimos...

 

El Origen de la Crítica

La formulación de una crítica supone previamente la vivencia de una experiencia desagradable que suscita la queja, ya sea ésta padecida personalmente por el crítico o el resultado de una conmoción por la suerte de otro. Es lo que aquí denominamos la fuente de la indignación. Sin este primer movimiento emotivo, casi sentimental, ninguna crítica puede emprender vuelo. Por otro lado, el espectáculo del sufrimiento no conduce automáticamente a una crítica articulada, ya que necesita un apoyo teórico y de una retórica argumentativa para dar voz y traducir el sufrimiento individual en términos que hagan referencia al bien común.

Boltanski, Luc y Chiapello, Eve. El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid, Ediciones Akal, 2010, página 83).

Las Políticas de Management

En la actualidad las políticas de management subjetivan buscando una identidad entre trabajo y vida, entre objetivos personales y objetivos del capital y haciendo que los trabajadores hagan, por sí mismos, algo que al capital ya no le resulta tan sencillo realizar: controlar el uso eficiente de la fuerza de trabajo en función de sus propios objetivos.

Zangaro, Marcela. Subjetividad y trabajo (Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2011, pag. 182).

Enfrentamiento interno

Cuanto más se asciende en la organización más se funde uno con ella, puesto que más que estar dividido entre las exigencias del negocio y los criterios del personal, unas y otros entran en sinergia reforzándose mutuamente [...] El enfrentamiento entre capital y trabajo, que siempre había tenido como campo natural la empresa, pasa a producirse en el interior del individuo, que se debate entre su tendencia a trabajar menos para protegerse y escapar de las exigencias de la empresa, y su inclinación a trabajar cada día más para aumentar sus beneficios y mejorar siempre los resultados.

Auber, Nicole y De Gaulejac, Vincent. El coste de la excelencia. (Paidós Ibérica, Barcelona, 1993, pág. 38).