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miércoles, 20 de noviembre de 2013

WFR... WTF?
Reducción (de) personal

La semana pasada no había finalizado de la mejor manera. Hacía un mes y medio que no tenía asignación efectiva y dos semanas que mi jefe me evitaba sistemáticamente. A mis preguntas sobre nuevos proyectos contestaba con evasivas y me sugería no ir a la oficina. "Para no hacer nada es mejor quedarse en casa, ¿no?" Pero el viernes pasado me llegó un email con una escueta invitación de mi jefe a una reunión presencial para "discutir sobre mi futuro". La cita era para el miércoles (hoy) a la mañana en las oficinas centrales del microcentro.

Los indicios eran muy claros. Ya sabía yo que hacía muchos meses que no entraban nuevos negocios. De hecho, estabámos achicándonos. Un poco por la rotación normal del sector, otro (gran) poco por los despidos "consensuados" planificados por la organización. La temida lista negra del WFR - Workforce Reduction. Las altas esferas de la corporación, en EEUU, habían establecido un plan de reducción de staff para volver a ganar la confianza del mercado (sic). La reducción de costos, se sabe, levanta inmediatamente el valor de la acción en la bolsa. Al menos a corto plazo.

Entonces, ¿de que otro futuro iríamos a discutir con mi jefe más que mi salida? La semana pasada, definitivamente, no había terminado de la mejor manera.



WFR... WTF?


Decir WFR es escudarse en un acrónimo lavado, un eufemismo que oculta la realidad de despidos en masa. La bonita sigla viene acompañada de otros términos políticamente correctos.

En las corporaciones llamamos "paquetes de salida" o "gratificaciones" a las indemnizaciones, que - a veces -  vienen endulzadas con algún billete adicional. Decir "gratificación" implica (falazmente) la generosidad del empleador, su bonhomía, su preocupación por el empleado que queda en la calle. Pero, a no olvidar, no es un favor, es una obligación legal.

También nos pueden ofrecer algún servicio de outplacement. Una consultora nos orientará en cómo reinsertarnos exitosamente en el mercado laboral. Nos ayudará a armar un CV competitivo y a entender nuestras fortalezas. Nos guiará en cómo comportarnos en una entrevista... O también podemos decir que no es más que un mecanismo por el cual la empresa terceriza su culpa en una consultora externa, que soportará al empleado despedido durante unos pocos meses. Y nada más.

Como manager me ha tocado estar junto a RRHH realizando WFR y es una experiencia de lo más ingrata. Pero reveladora de la lógica corporativa. Cada WFR es un despido sin causa, arbitrario: nadie se lo espera. Es el proverbial rayo que te cae de un cielo azul. Y es altamente inefectivo como herramienta. Como decíamos en otro post:
  • Los despidos no incrementan la productividad.
  • Los despidos no incrementan las ganancias.
  • Los despidos no son una manera eficiente de reducir costos.
  • Ante el anuncio de reducción de plantilla, los mejores empleados suelen irse a mejores empleos. Así, la empresa pierde parte de su mejor staff.
  • La moral del equipo remanente disminuye considerablemente. Es de esperar que la productividad caiga, dado que la gente deja de confiar en la empresa y se pregunta porqué habría de apostar por una organización que no cuida a su personal.
  • El estrés y otras afecciones a la salud del equipo aumentan.
  • Es un mito que el anuncio de los planes de reducción afecte positivamente el valor de la acción.
Aún cuando los impactos en la salud y en la moral son evidentes, aún cuando los estudios desde dentro del sistema indican que las reducciones de plantilla no mejorarán las perspectivas financieras y económicas de la compañía, los despidos masivos se continúan realizando de manera rutinaria.



Último acto de miércoles por la mañana


Y, entonces, cinco días más tarde del fatídico email (sí, ¡hoy!) estaba yo en una oficina de 3 por 3 con mi jefe y la representante de RRHH. Cinco hermosos días de incertezas. Cinco días de leer y releer indicios, sin otra conclusión posible que el "despido consensuado".

Ya conocía de antemano el vals que ibamos a bailar, cada frase que se iba a decir. Pero aún así, decidí no hacerle la vida fácil a nadie. Que mi jefe se esmerara por justificar lo injustificable: que la empresa número uno del mundo no puede expandir su negocio en la Argentina, que la única solución es achicar el staff y cerrar proyectos. También que la analista de RRHH se esforzara por describirme la bondades del paquete de salida. Lo inevitable no lo hizo menos patético.

Puse mi firma en el acuerdo, entregué la laptop, el celular y la credencial. 

Bye bye Gran Corporación Americana.

En resumen


Te llaman a una oficina apartada, ves a la Parca sentada con un fajo de papeles. Entrás sabiendo lo inevitable. Firmás. Adieu.


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9 comentarios:

  1. OMM-Otro Mando Medio20 de noviembre de 2013, 18:14

    El relato no me resulta ajeno; no porque haya sido uno de los "beneficiados", sino porque he visto de cerca el desfile al matadero.

    No por esperada, la actividad es fácil de asimilar.
    He visto de todo: gente llorando desconsolada, gente saltando de alegría (nuevo trabajo mediante), gente a la que se le había anunciado el acto y no se concretó, gente que envió su telegrama de renuncia el mismo día por la mañana, un manager que envió un email de despedida y luego no fue parte de la reducción.
    Hasta me tocó recibir un chat en mi celular preguntándome si "¿vos también caiste en la volteada?

    Lo importante es entender que nada tiene que ver el merecimiento con la acción del despido.
    Conozco tu caso y me consta que quien te comunicó el despido es un individuo nocivo para la organización y colecciona una larga lista de personas que jamás volvería a trabajar con él. Que la organización lo ponga en ese lugar habla a las claras de la eficacia de un relato que se escuda en una política de puertas abiertas que en la práctica el propio management se encarga de desmentir.

    Vivimos inmersos en un barro oscuro que los cínicos se encargan de revolver, ensuciando en sus pequeñas acciones a gente que trabaja muy bien y sin maldad.
    Como organizaciones, estamos enfermos de apatía y complicidad.
    Habitualmente a este tipo de situaciones se le da el nombre de mierda...

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    1. Efectivamente, amigo OMM, efectivamente. Prefiero hoy tomar estas situaciones con una cuota de (sano?) distanciamiento. Algunos dirán que el distanciamiento no promueve cambios... es una de mis contradicciones!

      Sigo recomendando ver la primera parte de esa fallida película con George Clooney, "Amor sin escalas".

      A la salud!
      El MM

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  2. Amigo MM, puedo asegurarte que esta ultima fecha de WFR en nuestra mal querida multinacional ha dejado un clima bastante espeso, dificil de digerir.

    Me han intentado explicar los motivos, todos logicos desde el punto de vista de los costos y los ingresos, pero carentes de sentido para una estrategia de mediano plazo, donde se deberia apuntar al rebote, y para ello deberias asegurarte de quedarte con los mejores recursos que te van a ayudar a generar ganancias, en vez de regalarlos al mercado.

    Pero sabemos como funciona, cada uno tiene su quinta de objetivos, inconexos, contradictorios, y cada uno cuida su culo trimestre a trimestre.

    Creo que el derrotero de los empleados en este tipo de empresas esta fuertemente marcado por la suerte de decir lo correcto ante la persona correcta y tener los mejores contactos, una actividad de la cual algunos empleados hacen su objetivo primario.

    Encontrar que nuestra mal querida multinacional mantiene en algun puesto a ciertos personajes que han demostrado una ineptitud asombrosa, te fuerza a pensar inequivocamente que el camino ya no esta ahi.

    Lamento no poder compartir mas jugosos comentarios sobre el dia a dia de nuestra multi contigo, se igualmente que el contacto esta vigente.

    Como diria El Che, hasta la victoria siempre!

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    1. Es que claramente estas estrategias de reducción de personal atentan contra cualquier rebote. Y está estudiado y demostrado desde dentro de la propia industria. Pero, bueno, los objetivos son trimestrales, es decir, cortoplacistas.

      Siguiendo con los comentarios fílmicos-televisivos, tu comentario de "cuidar el culo" me recordó a una serie que vi recientemente, The Wire (temporada 1). Se muestran los objetivos diversos y contrarios de la organización judicial y policial de Baltimore, y el ansia de hacer carrera (y cuidar el culo). Recomendado!

      Como diría una modelo, Hasta la Victoria Secret!

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  3. Como siempre dije y sigo sosteniendo la camiseta nunca me la puse ni me la pienso poner porque el día de mañana cuando a tu jefe no le guste el peinado que llevas o porque simplemente ese día se levanto cruzado te mete una patada sin previo aviso. Hasta me da bronca seguir laburando en un empresa así. El día que me llamen a la oficina con mi jefe y alguien de RRHH no se pongan mal...YO VOY A ESTAR FELIZ!!!

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    1. Vos no te ponés la camiseta y yo recuerdo un training a gente de alto potencial (sí, yo estaba ahí); en el que un gerente propuso una acción de engagement llamada "Tatoo". La idea era hacer unos videos en los que se mostrara gente altamente comprometida con tatuajes (falsos) con el logo de la empresa... En fin...

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  4. Ah, me olvidaba! Es una excelente ocasión para recordar esta hermosa (y fogonera) canción:

    http://www.youtube.com/watch?v=YiyGiHM1D_8

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  5. Querido MM:

    Como dicen los franceses, "mes compliments". A esta altura del año, no es buena noticia. Lo único rescatable de estas situaciones es que, muchas veces, nos obligan a repensar nuestras decisiones y prioridades. Y que, por lo menos un lunes, podemos decir "Sabés qué? Hoy duermo hasta tarde".

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  6. Efectivamente! Como me decía una amiga ayer, hay que recuperar cierto "hippismo"...

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Los comentarios son bienvenidos. Prefiero los seudónimos a los anónimos...

 

El Origen de la Crítica

La formulación de una crítica supone previamente la vivencia de una experiencia desagradable que suscita la queja, ya sea ésta padecida personalmente por el crítico o el resultado de una conmoción por la suerte de otro. Es lo que aquí denominamos la fuente de la indignación. Sin este primer movimiento emotivo, casi sentimental, ninguna crítica puede emprender vuelo. Por otro lado, el espectáculo del sufrimiento no conduce automáticamente a una crítica articulada, ya que necesita un apoyo teórico y de una retórica argumentativa para dar voz y traducir el sufrimiento individual en términos que hagan referencia al bien común.

Boltanski, Luc y Chiapello, Eve. El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid, Ediciones Akal, 2010, página 83).

Las Políticas de Management

En la actualidad las políticas de management subjetivan buscando una identidad entre trabajo y vida, entre objetivos personales y objetivos del capital y haciendo que los trabajadores hagan, por sí mismos, algo que al capital ya no le resulta tan sencillo realizar: controlar el uso eficiente de la fuerza de trabajo en función de sus propios objetivos.

Zangaro, Marcela. Subjetividad y trabajo (Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2011, pag. 182).

Enfrentamiento interno

Cuanto más se asciende en la organización más se funde uno con ella, puesto que más que estar dividido entre las exigencias del negocio y los criterios del personal, unas y otros entran en sinergia reforzándose mutuamente [...] El enfrentamiento entre capital y trabajo, que siempre había tenido como campo natural la empresa, pasa a producirse en el interior del individuo, que se debate entre su tendencia a trabajar menos para protegerse y escapar de las exigencias de la empresa, y su inclinación a trabajar cada día más para aumentar sus beneficios y mejorar siempre los resultados.

Auber, Nicole y De Gaulejac, Vincent. El coste de la excelencia. (Paidós Ibérica, Barcelona, 1993, pág. 38).