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viernes, 21 de diciembre de 2012

Un día y una noche en la vida de un manager
por El Barto


Hoy contamos con la colaboración de El Barto, lector de este blog y manager en una multi. ¡Disfruten!


El día no pintaba muy alentador. Temprano a la mañana debía comenzar las conversaciones de evaluación de desempeño con mi equipo. Decidí tomarmelo con una actitud positiva. No quería pensar en lo bueno o malo del proceso, sólo ejecutarlo. Pero bueno, el camino al infierno está plagado de las proverbiales buenas intenciones… Ya la primera charla trajo esas cosas que me comen el coco como “¿por qué no me saqué un rating de 10 en vez de este 9,50?”. Eso ya me empezó a trastocar. Siete charlas después, con la tarde casi extinguida, mi humor no estaba mucho mejor.

Me hubiera encantado volver a casa, donde seguramente podría reencontrarme conmigo, tomar una cerveza, tal vez ver una película, pero tenía otras actividades planificadas.



A la noche, por segunda vez en el mes, tenía agendado quedarme en las oficinas hasta las 12:45 AM a hacer las pruebas de cambio de servidores de la empresa. Una vez más fallaron. Acumular frustración al cansancio no es lo mejor: no es una combinación que les recomiende. En el medio de ese proceso signado por el tiempo ocioso, para rumiar mi malhumor me fui a dar una vuelta. Me acordé que estaba la marcha por Marita Verón [1], con lo cual después de mucho tiempo decidí pasar a la acción real en vez de la digital y acercarme para ser uno más reclamando por lo que considero fue el hecho mas grave del año (8N, 7D son boludeces al lado de esto [2, 3]).

Tristemente me sorprendí al llegar a Tribunales: no éramos más de 3.000 personas. Sin embargo, en el Obelisco, a 3 cuadras, unos 20.000 desaforados se reunían para festejar el día del hincha de Boca. Pudieron haber sido de River o de San Lorenzo o de Sacachispas, pero me dio una foto de lo que somos como sociedad, una fea foto. No voy a hacer comentarios sobre los destrozos posteriores que realizaron estos “hinchas”.

Finalmente, para agregar agravio a la ofensa, llegué a mi casa cerca de la 1:00 AM y encontré uno de los dos ascensores abarrotado de elementos tipo mudanza y un niño de 12 años. El pibe, con el ascensor inmovilizado, me vio y no supo mucho que hacer. Me resigné a  esperar el otro elevador. Cuando llegó, descendió el padre con más cosas. Al ver que el pibe no había bajado nada del ascensor, lo empezó a insultar sostenidamente y me dijo con mirada cómplice: “Ves, por esto es que los pibes tienen que hacer el servicio militar obligatorio, ¡así se avivan un poco!

….momento Chandon! Para cerrar el día, como diría Tinelli.

No es que adhiera 100% a ciertas metodologías manageriales, pero... ¿evaluación de desempeño para todas y todos? ¿Cómo seguimos?

Notas



[1] Reseña de la marcha por Marita Verón en Página/12: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-209768-2012-12-13.html

[2] Reseña de la marcha del 8N en página/12: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-207467-2012-11-09.html

[3] Significado del 7D en Página/12: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-204711-2012-10-02.html


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3 comentarios:

  1. OMM-Otro Mando Medio21 de diciembre de 2012, 22:25

    Cuán familiares me resultan algunos comentarios.
    La pregunta “¿por qué no me saqué un rating de 10 en vez de este 9,50?” se responde muy fácilmente: justamente por hacer este tipo de preguntas.
    Aunque pensándolo bien, el problema estimado Barto es un poquito tuyo también, por no haberte dado cuenta que este cuestionamiento iba a llegar.
    Respecto de las marchas... ese mismo día del fallo Verón me fui a Tigre a ver al enorme Roger Federer. Con una impunidad de conciencia que repugna, el juez Oyarbide se sentó en el VIP y recibió su champaña en recipiente plateado.
    Qué lindo hubiera sido que se cruzara con los 20000 hinchas de Boca por unos minutos...

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    Respuestas
    1. "La pregunta “¿por qué no me saqué un rating de 10 en vez de este 9,50?” se responde muy fácilmente: justamente por hacer este tipo de preguntas."

      Aplausos para este comentariode OMM: CLAP, CLAP, CLAP!

      Eliminar
    2. OMM, reconozco que es un problema mio, de hecho yo ya me veia venir estas preguntas, pero es como que no termino de acostumbrarme a las mismas, como que no me termina de entrar en la cabeza que alguien a quien estoy calificando de manera muy buena me haga esos planteos...

      Creo que tanto eso, como el resto del derrotero mio durante este dia tan bien reflejado por MM es parte de mi vision a veces utopica y a veces naif de la vida...

      Para resumir, si lo se, soy un gil, espero que esten contentos con una muy buena devolucion de performance y espero que en este pais haya justicia...un nabo.

      Eliminar

Los comentarios son bienvenidos. Prefiero los seudónimos a los anónimos...

 

El Origen de la Crítica

La formulación de una crítica supone previamente la vivencia de una experiencia desagradable que suscita la queja, ya sea ésta padecida personalmente por el crítico o el resultado de una conmoción por la suerte de otro. Es lo que aquí denominamos la fuente de la indignación. Sin este primer movimiento emotivo, casi sentimental, ninguna crítica puede emprender vuelo. Por otro lado, el espectáculo del sufrimiento no conduce automáticamente a una crítica articulada, ya que necesita un apoyo teórico y de una retórica argumentativa para dar voz y traducir el sufrimiento individual en términos que hagan referencia al bien común.

Boltanski, Luc y Chiapello, Eve. El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid, Ediciones Akal, 2010, página 83).

Las Políticas de Management

En la actualidad las políticas de management subjetivan buscando una identidad entre trabajo y vida, entre objetivos personales y objetivos del capital y haciendo que los trabajadores hagan, por sí mismos, algo que al capital ya no le resulta tan sencillo realizar: controlar el uso eficiente de la fuerza de trabajo en función de sus propios objetivos.

Zangaro, Marcela. Subjetividad y trabajo (Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2011, pag. 182).

Enfrentamiento interno

Cuanto más se asciende en la organización más se funde uno con ella, puesto que más que estar dividido entre las exigencias del negocio y los criterios del personal, unas y otros entran en sinergia reforzándose mutuamente [...] El enfrentamiento entre capital y trabajo, que siempre había tenido como campo natural la empresa, pasa a producirse en el interior del individuo, que se debate entre su tendencia a trabajar menos para protegerse y escapar de las exigencias de la empresa, y su inclinación a trabajar cada día más para aumentar sus beneficios y mejorar siempre los resultados.

Auber, Nicole y De Gaulejac, Vincent. El coste de la excelencia. (Paidós Ibérica, Barcelona, 1993, pág. 38).