Tras mi primera entrevista hacia fines de noviembre de 2012 [1] con Miguel, mi consultor de reinserción de carrera -o outplacement, si prefieren-, no volví a tener noticias de él. No me había quedado claro cómo era la dinámica entre nosotros, pero más de un mes sin recibir su orientación me resultaba demasiado. Máxime si la empresa que me había desvinculado estaba pagando un lindo monto por el servicio de outplacement. Así fue que, comenzado enero y ya pasado el fragor de las fiestas, coordiné una reunión con Miguel. ¿Cuáles eran mis expectativas? Para ser sincero, no eran demasiado altas. Pero, soportando el calor de la ciudad, el 8 de enero me dirigí a la consultora.
Activando la red
Luego de unos pocos minutos de conversación empática -"Cómo pasaste las fiestas?", "Qué bueno que tenés tiempo para tu familia"-, Miguel desplegó una presentación Powerpoint y comenzó a exponer. ¿El tema? La activación de la red de contactos y cómo planificar los encuentros con ex colegas y conocidos.
"Un poco extemporáneo", estuve a punto de decirle: con ya dos meses de desempleado, la charla me hubiera servido -tal vez- en noviembre. A menos que Miguel supusiera que los despedidos necesitamos dos meses de relax sin pensar en buscar nuevo trabajo. Me contuve y lo dejé seguir.
El contenido era de una banalidad sorprendente. En pocas líneas, los consejos fueron los que puede darme mi tía abuela, que siempre fue ama de casa. Uno: hacé una lista de tus contactos y ex colegas. Dos: planificá llamarlos. Tres: coordiná los encuentros. Cuatro: sé positivo. Estas dos líneas pueden estirarse a media hora adornada de jerga corporativa.
La iluminación.
Un corte y volvemos
¿Y cómo seguimos? Sin darme mucho tiempo a comentar nada, Miguel sacó mi CV de entre sus papeles y comenzó a explicarme la correcta manera de elaborar el resumé. No me considero el depositario de la verdad, pero luego de muchos años de carrera profesional de mando medio, he participado de la selección y contratación de muchísimas personas. He visto un CV o dos y creo saber leerlos -y sé cómo armarlos.
Y aquí va el consejo de Miguel: "un CV debe tener sólo dos páginas". ¡Dios mío! El lugar común por antonomasia. ¡Dos páginas! ¿Qué pasa si no? ¿Al reclutador le agarra un ataque de epilepsia? ¿Se le derriten las sinapsis? ¿Entra en coma corporativo? A partir de esa sugerencia giró el resto de los comentarios: bajale el cuerpo a la tipografía, sacale estos espacios... y así. Realmente no puedo creer la trivialidad de los consejos.
Siento la segunda iluminación en un hora.
Desde las trincheras
Mi mujer me pregunta para qué sigo yendo a estas reuniones y talleres de outplacement. Son una pérdida de tiempo. Pero creo que es necesario reportar desde el campo qué prácticas se realizan, qué saberes se erigen unilateralmente como saberes expertos, cómo se manipulan las expectativas y cómo se disfraza la realidad con jerga corporativa [2].
¡Seguiré reportando!
Referencias
[1] El Mando Medio en el servicio de outplacement. En http://elmandomedio.blogspot.com.ar/2013/12/el-mando-medio-en-el-servicio-de.html
[2] http://elmandomedio.blogspot.com.ar/2014/02/reflexiones-sobre-los-vinculos-las.html
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