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martes, 3 de julio de 2012

SMART - Una historia

No, los faraones no construyeron las pirámides con nuestros modelos de gestión...

¿De dónde surge la gestión por objetivos? Seguiremos el trabajo de rastreo de fuentes de Mike Morrison [1] y las analizaremos en esta perspectiva.

Desde 1960 aproximadamente estaba en curso una importante renovación de paradigmas en el campo de la gestión empresarial. Las nuevas generaciones de managers se rebelaban contra la estricta jerarquía imperante en las organizaciones y exigían más automomía para operar. (Ver la entrada ¿Saber-hacer o saber-ser? en este blog.)  En este marco se avanza con la gestión por objetivos.
En las palabras de Anthony Raia [2]:
Sistemas de gestión "basados en la autoridad", caracterizados por la toma centralizada de decisiones y un rígido control desde la cima,  están siendo reemplazados por sistemas "participativos", que están más a tono con los cambios fundamentales en nuestra sociedad [...] El subordinado debe poder participar con su superior en la definición de objetivos; y debe dársele la información necesaria para para comparar su desempeño con los objetivos fijados, y así controlar su propio desempeño.
Raia, Anthony; "Goal setting and self control", en Journal of Management Studies, Feb 1965, Vol. 2 Issue 1, p34-53. (La traducción es mía.)
¡Lo que hoy damos por sentado era una novedad en los años 60!


El acrónimo SMART habría sido acuñado por G. T. Doran en su artículo de 1981 en Management Review [3], aunque hay cierta evidencia de que podría haberse empleado anteriormente de manera informal. Como sea, las ideas principales estaban flotando en el ambiente desde hacía un par de décadas y fue Doran quien las sintetizó en su acrónimo.



He tenido la oportunidad de leer una copia de este artículo, en el que el autor sugiere utilizar la sigla SMART como ayuda memoria:
La pregunta crítica entonces es "¿cómo escribir objetivos relevantes?" -esto es, elaborar una afirmación acerca de los resultados a alcanzar. Los managers están confundidos por toda la jerga de seminarios, libros, revistas, consultores y demás. Dejenme sugerir, entonces [...] que los managers piensen en la sigla SMART.
(Traducción mía del original)
El acrónimo, según Doran, indicaba:
  • Specific (Específico) - apuntar a un área específica para mejorar.
  • Measurable (Medible) - cuantificar o al menos sugerir un indicador de progreso.
  • Assignable (Asignable) - especificar quién lo hará.
  • Realistic (Realista) - indicar qué resultados pueden alcanzarse de manera realista, dados los recursos disponibles
  • Time related (En un marco temporal) – especificar cuándo pueden alcanzarse los resultados.


A medida que transcurrieron los años, la sugerencia de Doran se convirtió en norma. Hoy día los objetivos se establecen según los lineamientos SMART; si bien hay que destacar que diversos gurus del management han variado la sigla según sus interesés. Para una crítica de SMART, vean mi otra entrada en el blog.


Referencias

[1] http://rapidbi.com/history-of-smart-objectives/ y http://rapidbi.com/why-smart-objectives-dont-work/

[2] Raia, Anthony; "Goal setting and self control", en Journal of Management Studies, Feb 1965, Vol. 2 Issue 1, p34-53.

[3] Doran, G. T. (1981) “There’s a S.M.A.R.T. way to write management’s goals and objectives”, Management Review, Vol. 70, Issue 11, p35-36, 2p.

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El Origen de la Crítica

La formulación de una crítica supone previamente la vivencia de una experiencia desagradable que suscita la queja, ya sea ésta padecida personalmente por el crítico o el resultado de una conmoción por la suerte de otro. Es lo que aquí denominamos la fuente de la indignación. Sin este primer movimiento emotivo, casi sentimental, ninguna crítica puede emprender vuelo. Por otro lado, el espectáculo del sufrimiento no conduce automáticamente a una crítica articulada, ya que necesita un apoyo teórico y de una retórica argumentativa para dar voz y traducir el sufrimiento individual en términos que hagan referencia al bien común.

Boltanski, Luc y Chiapello, Eve. El nuevo espíritu del capitalismo (Madrid, Ediciones Akal, 2010, página 83).

Las Políticas de Management

En la actualidad las políticas de management subjetivan buscando una identidad entre trabajo y vida, entre objetivos personales y objetivos del capital y haciendo que los trabajadores hagan, por sí mismos, algo que al capital ya no le resulta tan sencillo realizar: controlar el uso eficiente de la fuerza de trabajo en función de sus propios objetivos.

Zangaro, Marcela. Subjetividad y trabajo (Herramienta Ediciones, Buenos Aires, 2011, pag. 182).

Enfrentamiento interno

Cuanto más se asciende en la organización más se funde uno con ella, puesto que más que estar dividido entre las exigencias del negocio y los criterios del personal, unas y otros entran en sinergia reforzándose mutuamente [...] El enfrentamiento entre capital y trabajo, que siempre había tenido como campo natural la empresa, pasa a producirse en el interior del individuo, que se debate entre su tendencia a trabajar menos para protegerse y escapar de las exigencias de la empresa, y su inclinación a trabajar cada día más para aumentar sus beneficios y mejorar siempre los resultados.

Auber, Nicole y De Gaulejac, Vincent. El coste de la excelencia. (Paidós Ibérica, Barcelona, 1993, pág. 38).